En el juego, como en la vida hay tantos tipos de jugadores como personalidades. Digo esto por que en los últimos dos meses me he aficionado, tal vez demasiado, al juego de moda para móvil y tablet, Clash of Clans, y no deja de sorprenderme la cantidad de estilos de juego en Clash of Clans. Me refiero a que he conocido a verdaderos locos por atacar, y por contra a gente que huye del combate como de una enfermedad. Esta diversidad podría ser lógica, si entendemos los juegos o nuestra actitud en ellos como una extensión de nuestras propias personalidades, pero escribo este post reflexionando hasta que límite podemos llegar el absurdo con según qué actitudes.
Empecemos por describir el juego. Al estilo del famoso City Ville, tenemos que construir una ciudad, con un Ayuntamiento, a mas nivel de ayuntamiento, mas y mejores construcciones podremos obtener, unas minas, para obtener recursos, en un principio serán oro, para construir cosas y elixir para fabricar tropas. Pero a diferencia del archi-conocido City Ville también tendremos que tener tropas que son entrenadas en cuarteles y una vez finaliza su instrucción descansan en campamentos, a la espera de la siguiente batalla. En líneas generales estos son los elementos básicos de nuestra aldea.
Además de estas simples reglas iniciales, el juego tiene un componente social. Puedes pertenecer a un clan (de ahí el nombre del juego), el cual sirve para mejorar mas rápidamente. Es decir, tu pertenencia al clan no te obliga a donar tropas (que es la única interacción que se permite entre los miembros), pero es recomendable donar, para obtener premios y conseguir objetivos. Además se crea una liga interna entre los miembros, que siempre incentiva el pique entre unos y otros. Vamos con los estilos de juego, o mas bien con los tipos de jugadores que nos podemos encontrar.
El viciado. Este tiene una alarma en el reloj, para saber cuando acaban sus constructores alguna mejora, otra para saber cuando están listas las tropas para el ataque, y de este modo no permitir ni un sólo segundo sin atacar o mejorar la aldea. Son tipos que entienden la filosofía del juego a la perfección, si quieres progresar en el juego no te canses de atacar.
El que nos sabe por donde se anda. Estos construyen con cuidado y midiendo cada movimiento, para no pillarse los dedos, y atacan con mas cuidado aún. Por miedo a represalias, no aniquilan otras aldeas, no vaya a ser que se enfade el jefe de dicha aldea.
El que no ha entendido nada. Estos son los que me obligan a escribir este artículo. Vamos a ver. Si una persona o un grupo de ellas idean un juego en el que hay aldeas, clanes, oro, elixir y elixir negro, que se pueden robar entre unos y otros mediante ataques. ¿Cual es el motivo de que alguien juege a la contra? Es decir ¿Cómo puede ser que alguien ataque con un bárbaro o una arquera y le de al botón de rendirse? Deben creerme, al día puedo recibir dos o tres ataques de estos, y no me entra en la cabeza. El objetivo del juego no es «desconseguir» trofeos. Al contrario, cuantos mas trofeos por ataques y defensas, mas premios, y mas objetivos cumplidos. Nadie recibe un premio por tener menos de 300 trofeos. Es absurdo, diría que contra-natura.
Este último tipo de jugador es el que me hace reflexionar. ¿Cómo podemos ser tan retorcidos? El planteamiento del juego no es tan enrevesado, a mas trofeos, mas premios y objetivos, simple y llanamente. El jugar a no atacar, es como un equipo de fútbol que juega a no meter gol, o como el que juega aun juego de matar Zombies y en lugar de eso riega las plantas de su guarida. No debería permitirse este tipo de actitud en el juego, pero entiendo que quien lo ha desarrollado no ha tenido ni siquiera que plantearse que exista ese perfil de jugador, digamos «a la contra». De ahí que no exista un control sobre estos jugadores, y no se les penalice por ello.
A vosotros, fiel audiencia ¿Qué os parece ese tipo de jugadores «a la contra»? ¿Deberían de estar penalizados? ¿Dejemos que cada cual haga lo que quiera? ¿ Este es un país libre?¿Esto es América? Opinen ustedes, tal vez alguien les defienda.