Pues si. La intención, primera, no era otra sino conseguir una manera barata de tener una smartTV. Viendo las distribuciones que existen para la Pi, lo poco que consume y lo «freak» que es, no podía dejar pasar la oportunidad de intentarlo.
Al principio, reciclé un PC que tenía viejuno. Le instalé debian, pero, aparte del engorro de tener un PC de sobremesa en el salón, que al ser reciclado es imposible (por hardware) ampliarle la tarjeta gráfica, a no ser que te gastes un dineral (para conseguir una gráfica PCI de segunda mano). Para poder navegar por Internet, bien, pero para poder utilizarlo de mediacenter, mal.
La imposibilidad de mejorar el hardware que tenía (sin gastar mucho), unido a la necesidad imperiosa de poder grabar TDT en un soporte digital, me hizo mirar HDD multimedia, pero el soporte para grabación TDT se subía de precio y mucho.
Por aquel entonces, comencé a mirar estos micro ordenadores. La Pi apareció en mi vida y comencé a leer en blogs, foros, tutos, etc. Me maravilló. Y es que cuanto más lo utilizo, más me maravilla.
No tardé en añadir un segundo elemento al carrito de la compra. En ese momento decidí utilizar uno como mediacenter y el otro como servidor de descargas al que acabé añadiendo el servicio dlna. Pero, como no hay dos sin tres, compré otro, para la habitación, tras comprobar lo bien que iba con el RASPBMC.
En las próximas entradas iremos viendo, paso a paso, cómo montar un smartTV con un Raspberry Pi, además de montar servidor de descargas y muchas cosas más.
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